• Industry

Chilewood Invades Hollywood

Last Year Pablo Larain’s No with Gael García Bernal received a well deserved Academy Award nomination. This year Gloria directed by Sebastián Lelio was among the year’s best reviewed foreign language entries (and earned veteran Chilean actress Paulina García the prestigious Best Actress Silver Lion in Berlin.) Chilean movies are rapidly becoming a mainstay of American theaters and festivals: the past three editions of Sundance have seen well-received screenings of films by a new generation of Chilean authors like Marialy Rivas (Young and Wild), Alicia Scherson (El Futuro) and Sebastián Silva (Crystal Fairy) a director who had already won top prize in Park City in 2009 with The Maid. Gabriel Lerman looks into the phenomenon of Chile’s New Wave. El pasado 24 de enero, un llamativo fenómeno se produjo en un cine de Los Ángeles sin que la prensa local se diera por enterada. Ese día se estrenó oficialmente en Estados Unidos “Gloria” de Sebastián Lelio, la película que representó a Chile este año para el Oscar y que también fue postulada, sin suerte, a los Globos de Oro. El filme, que poco menos de un año antes había ganado tres premios en el pasado Festival de Berlin, incluyendo el mas que importante Oso de Plata a la Mejor Actriz para su protagonista, Paulina García, fue recibido con entusiasmo por la audiencia. En su primer fin de semana de exhibición “Gloria” se colocó en el puesto número 40 de la taquilla norteamericana en la recaudación total y en el primero si se mide por el promedio de asistentes por sala, con un promedio de 26.136 dóares por cada día de exhbición. Para tener una noción de lo que significa esto, hay que tener en cuenta que “Ride Along”, la película mas taquillera en esos mismos tres días, tuvo un promedio por día y por sala de 9575 dólares. La segunda, “Lone Survivor”, solo tuvo de promedio de 5275 dólares.
Un año atrás, “No” de Pablo Larrain, la primera película en la historia en obtener una nominación al Oscar para Chile, se había estrenado en 4 salas con números igualmente contundentes aunque no tan altos. En ese caso, comenzó a exhibirse en 4 salas, que reportaron un promedio de 17.936 dólares por día del 15 al 17 de febrero de 2013. La cinta llegó a acumular 2.3 millones de dólares durante su exhibición norteamericana, una cifra nada despreciable en el limitado mercado del cine de arte de Estados Unidos. Como comparación, “Los amantes pasajeros”, el más reciente filme de Pedro Almodovar (que curiosamente fue distribuida por la misma compañía que “No”, Sony Classics), apenas si alcanzó 1.3 millones de dólares unos meses mas tarde.
A lo largo del 2013 llegaron a las salas de Estados Unidos otras dos películas chilenas, completando un fenómeno poco habitual en el impacto que el cine de América Latina ha tenido historicamente en las pantallas norteamericanas. Una de estas, “Crystal Fairy”, rodada en español y en inglés por Sebastián Silva y con Michael Cera en el papel protagónico, fue también un gran éxito, generando un promedio de 12.526 dólares en las dos salas en las que se estrenó en julio. No tuvo la misma suerte “Aftershock” de Nicolás López, una combinación entre cine catástrofe y de terror que hablada también en los dos idiomas fue ignorada por una audiencia evidentemente más interesada en otro tipo de propuestas. “Aftershock”, que intentó un estreno mas masivo con 110 salas en mayo, apenas alcanzó un magro promedio de 365 dólares por cada una.
Aún así, cabe preguntarse qué es lo que está pasando en un país que durante décadas tuvo una cinematografía ocasional y muy sacudida por los conflictos politicos locales como para que 4 películas producidas alli hayan llegado a las salas de Estados Unidos en menos de un año (una quinta, “Magic, Magic”, también dirigida por Silva, no llegó a los cines pero tuvo un lanzamiento masivo en DVD). Según López, quien ha pergeñado el término Chilewood para describir esta inusual conexión entre Chile y Estados Unidos, hay razones muy precisas para que su país se haya convertido en un gran exportador de cine: “En Chile tenemos cosas muy latinas como que no le tenemos miedo al no. Cuando muchos dicen “esto es imposible”, nosotros decimos “bueno, voy a buscar la forma de hacerlo”. Creo que hay una nueva generación que está con ganas de hacer cosas, que sean para el mundo y sin tenerle miedo al idioma. En mi caso, para mí siempre fue el objetivo hacer cine que se pudiera ver en todos lados. Y yo no tengo problema en que sea en ingles porque fui criado viendo películas en ese idioma”, dice.

Gabriel Lerman [gallery:3362]